Motorocío 2016

Hay una ley no escrita que conoce y vive todo buen motorista que dice que a un compañero necesitado, nunca se le deja atrás. Esa es la ley que inspira una concentración singular, única en el mundo, que se celebra anualmente a principios de diciembre en la Aldea del Rocío.
Asistimos hace cuatro años, y este año, ya en su vigésimo séptima edición, no hemos querido faltar.
Fueron 1300 deliciosos kilómetros en los que redescubrimos la belleza del sur de España: olivos, pantanos, jamón del mejor, e incluso cabalgamos sobre las nubes de vuelta a casa.
El Rocío es un lugar especial donde se palpa la presencia de la Virgen que fue en definitiva la que nos guió en todo el viaje.
Allí fuimos espléndidamente acogidos por Manuel que incansablemente año tras año saca adelante esta maravillosa concentración y asistimos a la Santa Misa a los pies de la Blanca Paloma junto a cientos de motoristas, para, si lo necesitan, "pagar el peaje" a los que ya no están con nosotros.
Desde aquí, agradecemos a Manuel y a todos los que participaron en la organización del Motorrocío al que, si Dios quiere, volveremos a asistir en el futuro.